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Cronología del velo

novia

¿Velo o no velo? ¿Queréis saber un poquito en torno a este complemento nupcial? ¿Habéis llevado velo en vuestra boda o vais a llevarlo?

Os contamos algunas curiosidades sobre él: El velo es una toca o especie de mantilla que utilizan las mujeres para cubrirse la cabeza y parte o la totalidad del rostro. En especial, se llama así al que se ponen de color negro a las religiosas al tiempo de hacer su profesión siendo el que traen las novicias blanco para distinguirlo.

El velo de novia es el complemento de tul u organza que luce la futura desposada durante las ceremonias religiosas de boda. La tradición dicta que el velo debe cubrir la cara de la novia hasta que se ha realizado la unión. En este momento, el novio lo levanta y besa a la novia.

 

 

El término velo hace referencia a “cubrir, ocultar, disimular o atenuar”. En la Antigua Roma se tenía la creencia de que la novia era atraída por espíritus malignos, por lo que el velo ayudaba a ocultar sus rasgos y así confundir a estas temibles criaturas. Para la Época Medieval, el velo representó un símbolo de castidad, pureza y modestia, así como sumisión y obediencia al futuro esposo.

 

Según datos históricos, el primer caso de velo para las mujeres se registra en un texto legal asirio del s. XIII A.d.C. que restringió su uso a las mujeres nobles y prohibió a prostitutas y a mujeres del campo común adoptarlo. Los textos griegos también han hablado del velo vinculado a la mujer entre la élite persa. Las estatuas de Persépolis representa a mujeres cubiertas por el velo y descubiertas en lo que parece ser considerado una cualidad de un estatus superior.

Durante muchos siglos, hasta en torno a 1175, las mujeres anglosajonas y luego las Anglo-Normandas, (a excepción de las muchachas jóvenes solteras), usaron velos que cubrieron enteramente su pelo, y a menudo sus cuellos hasta la barbilla. Solamente en el período Tudor (1485), cuando las capuchas llegaron a ser cada vez más populares, los velos de este tipo llegaron a ser menos comunes.

 

 

Por siglos, las mujeres han usado velos finos, pero solamente bajo ciertas circunstancias. A veces, un velo de este tipo se ponía encima y se fijaba al gorro o sombrero de una mujer durante el luto, especialmente en el entierro.

También habrían sido utilizados, como alternativa a una máscara, como método simple de ocultar la identidad de una mujer que viajaba al encuentro de un amante o haciendo cualquier cosa que ella no quisiera que la gente de alrededor descubriera.

Más pragmáticamente, los velos también fueron usados a veces para proteger la tez contra daño del sol y del viento (cuando la piel sin curtir estaba de moda), o para resguardar la cara de una mujer del polvo.

 

 

Hasta el Concilio Vaticano II, la mujer solía cubrirse la cabeza con un velo al entrar a un templo. Esta tradición sigue en vigor en las iglesias ortodoxas y también en algunas iglesias protestantes o evangélicas de carácter conservador.

 

Aquí os dejamos unas pautas del tipo de velos que podrías encontrar:

Velo colorete. Se utiliza para cubrir únicamente el rostro, cayendo justo debajo del mentón.

 

 

Velo capilla. Es un velo muy tradicional y formal. Consta de dos capas: la primera se extiende a 2.5 metros del tocado y es el que cubre el rostro durante la ceremonia; la segunda capa se lleva en la parte de atrás de la cabeza y su longitud  llega hasta el piso.

 

Velo catedral. Es similar al velo capilla, con la característica de tener una longitud mucho mayor. Por el frente cae a 3.2 metros del tocado, y por detrás puede ir tan largo como lo desees. Por lo regular se utiliza con vestidos que tienen una cola muy larga.

 

 

 

Velo codo. Su longitud, como el nombre bien dice, llega a la altura de los codos. Puede ser de una o dos capas, dependiendo si se desea cubrir el rostro.

 

Velo punta de los dedos. Este velo de longitud mediana se lleva bien con vestidos largos y formales –obviamente llega hasta la punta de los dedos de tu mano-.

 

 

Velo Vals. Es de una sola capa y su longitud puede llegar ya sea a las rodillas, o hasta el suelo. Es sencillo y elegante.

 

 

Velo electrizado. Un velo llamativo y casual. Se compone de varias capas y cae en los hombros. Se utiliza con vestidos sencillos y/o cortos. Otra variación a éste es el velo fuente, que produce un efecto cascada alrededor del rostro.

 

Velo mantilla o amantillado. De origen español, la mantilla es un velo largo que se sujeta a la cabeza con un tocado o peineta. Su material es principalmente de encaje, aunque también se utiliza el chantilly, el tul de seda o hilo de algodón.

 

Velo ruso o de rejilla. Es un velo corto que por lo general va adherido a una peineta o broche para el cabello. A diferencia de otros velos, puede ser fabricado con malla o con una tela rígida y de agujeros más grandes. Cae sobre el rostro de forma asimétrica y luce muy bien con vestidos cortos y casuales.

 

A día de hoy, este complemento aún se suele utilizar en las ceremonias nupciales. Recordad que por supuesto, Vertize Gala en todas sus tiendas de novia tiene una amplia gama de velos de diferentes estilos, velos cortos, amantillados, de tul… Más info en www.vertize.es

*Fuente: wikipedia y zankyou.